Testigos de la verdad
Texto: Hechos 4:18-20
Verso para aprender: “porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hecho 4:12)
Frase Clave: Debemos testificar de Cristo aunque las circunstancias sean adversas.
INT. Los eventos narrados en Hechos 4:1-31 están relacionados con la sanidad de un cojo, según consta en el capítulo 3 del libro. El milagro causó tal revuelo en Jerusalén que las autoridades judías ordenaron apresar a Pedro y a Juan. Después de interrogarlos determinaron amenazarlos y ordenarles no hablar ni enseñar más en el nombre de Jesús. Mientras tanto el pueblo estaba maravillado a causa del milagro que acababan de presenciar y seguían a los apóstoles gustosamente. En los primeros 4 versos vemos a los saduceos resentidos porque Pedro y Juan enseñaban la resurrección en Jesucristo (Los saduceos no creían en la resurrección de los muertos) y a los sacerdotes celosos de que gente sencillas y sin preparación anunciaran la salvación en ese mismo nombre. Estos vinieron con la guardia del templo para impedir que esto continuara sucediendo.
La iglesia estaba creciendo y esto enojaba más a los sacerdotes y a los líderes judíos. Como resultado de la curación del cojo, cinco mil hombres aceptaron a Jesús como su salvador personal, la forma de redacción indica que miles de mujeres y niños estaban entre los que habían creído: “Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los hombres era como cinco mil” (v.4); es decir, no todos eran hombres solamente.
Por mucho menos que los que estaban haciendo los discípulos del Señor, las autoridades judías eran capaces de matarlos y borrarlos del mapa de la ciudad. Así que su decisión fue firme:
“Entonces los llamaron y les ordenaron que en ninguna manera hablaran ni enseñaran en el nombre de Jesús” (v.18).
Si retrocedemos un poco más encontramos que el sanedrín preguntó a Pedro y a Juan: “¿Con qué potestad o en qué nombre habéis hecho vosotros esto?” (v.7). Dice el autor de Hechos que ellos les contestaron sin vacilación alguna: “en el nombre de Jesucristo de Nazaret” (v.10). Ahí salió a relucir el corazón del problema, el nombre de Jesús. Satanás quiso borrar el nombre de Jesús desde el principio. Por eso usó a los jefes del sanedrín para mandar a callar a los apóstoles.
Sin embargo ellos actuaron con determinación y convicción:
“Pero Pedro y Juan respondieron diciéndoles:
Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios, porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”.
Estos dos fieles servidores del Señor confrontan a los gobernantes de su nación y les dicen, consideren ustedes si es justo obedecerlos a ustedes antes que a Dios. El silencio que se nota y la actitud de soltarlos indicó que no pudieron contradecirlos. El punto es que los cristianos debemos obedecer las leyes y a los gobernantes siempre y cuando no se opongan a la voluntad de Dios. Si las leyes o la presión de la sociedad tratan de oponerse a la evangelización, los cristianos no deben obedecer. Los creyentes de hoy debemos tener en cuenta que los discípulos de todos los tiempos han pagado un precio alta para mantener el testimonio en favor de Cristo en sus sociedades. A veces tenemos que enfrentar oposición de nuestra misma familia, de la gente de afuera y hasta del propio gobierno. Nuestra posición debe ser firme. Debemos dar testimonio de la verdad en cualquier circunstancia de la vida.
“no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. Pedro y Juan estaban claros en lo que debían predicar y enseñar ¿Qué fue lo que ellos vieron y oyeron? Según el verso 10, ellos fueron testigos de la crucifixión. Muerte y resurrección de Jesús. A Jesús resucitado Dios lo ha hecho el fundamento de la iglesia (v.11) y ha establecido que solo Jesús puede salvar (v.12).
Jesús es el único que puede salvar por las siguientes razones:
Solo él vino del cielo para nacer como un humano.
Solo él probó con palabras y con hechos que era Dios.
Solo él murió por los pecados de todo el mundo
Solo él resucitó de entre los muertos
Por consiguiente, solo él puede salvar al ser humano de la condenación. No lo dice la iglesia ni ningún ser humano en particular. Jesús mismo lo dijo:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”.
Esta es la verdad de la cual los discípulos fueron testigos y continuamos testificando de Cristo, siguiendo el ejemplo que ellos dieron según vemos en las Escrituras.
PREGUNTAS PARA AFIRMAR LA LECCION
Pedro y Juan fueron a la cárcel pero ganaron sobre cinco mil almas ¿qué tanto estamos dispuestos a arriesgar para ganar un alma?
¿Debe el cristiano dejar de llamar al arrepentimiento para que la gente no se ofenda?
¿Qué debe hacer el cristiano cuando las leyes obstaculizan la predicación del evangelio?
4. ¿Crees que estamos haciendo lo suficiente para que nuestra gente se salve? Si la respuesta es Sí ¿debemos parar la obra? Si es no ¿qué grado de compromiso estamos dispuestos a asumir?