El Papa en el Congreso de los Estados Unidos ¿Qué significado tienes? El Papa llegó a Estados Unidos este Martes, 22 de Septiembre del 2015, procedente de Cuba donde agotó una apretada agenda. Noticias Zenit reporta que en su visita a la nación norte americana, el Papa contempla una reunión con el presidente Obama, ya efectuada, tendrá una intervención en el Congreso y otra en la sede de Naciones Unidas y presidirá el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia.
Desde Juan Pablo II, el Papa viajero, hasta hoy los viajes papales son bastantes comunes. Tienen su importancia en que alientan la fe de los católicos en los lugares donde ocurren estas visitas y en que ponen en primera plana temas relevantes para todos los cristianos. Esta vez asuntos claves como la inmigración, la familia, el calentamiento global, serán abordados por el Papa Francisco. Pero vayamos al asunto del significado de la presencia del Papa en el congreso de Estados Unidos y en la sede de Las Naciones Unidas.
Muchos cristianos evangélicos se quejan del recibimiento que los gobiernos dan al Papa. Pero él, aparte de ser un líder religioso, es un Jefe de Estado. El Vaticano o la Santa Sede, como suele llamarse en los medios de comunicación, es un estado autónomo cuyo jefe político es el Papa de turno. Esto le da la ventaja de que en sus visitas a cualquier país del mundo le traten como el Jefe de Estado que es. Esto de convertir al Vaticano en un estado político fue una estrategia muy bien pensada que data de muchos siglos atrás; como líder religioso es posible que el Papa no sea recibido con tanta pompa, pero como Jefe de Estado sí. Al estar los gobiernos envueltos en el recibimiento al líder de los católicos, se monta todo ese aparataje y se invierten sumas millonarias en sus visitas. Pero eso es lo de menos si el propósito del Vaticano fuera puramente evangelizador, hay mucho de política, de estrategia de posicionamiento de la iglesia y hay mucho en el renglón económico. Esto es de ambas partes, porque los líderes de la política se aprovechan de las visitas papales para impulsar sus aspiraciones o para mejorar su imagen pública.
El Papa como figura religiosa es visto con ciertas sospechas por el cristianismo no católico, especialmente porque consideran muchas de sus pretensiones apostólicas como un insulto a la persona de Cristo. Entre estas pretensiones están estas: su auto proclamación como cabeza de la Iglesia, título que corresponde solamente a Jesucristo. El Nuevo Testamento es rico en textos que muestran con claridad la posición actual de Cristo como líder supremo de su iglesia, uno de ellos dice:
“sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Efesios 4:15).
El Papa se atribuye la función de vicario de Cristo como algo exclusivo de él cuando la Biblia dice que Cristo es el único mediador (vicario) entre Dios y los Hombres: “pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). Y en cuanto a que es el vicario de Cristo, Pedro, su supuesto primer Papa, enseñó que cada creyente es un mediador entre Cristo y los pecadores (Véase 1 Pedro 2:9). En ese texto somos llamados “real sacerdocio”, sacerdote es uno que intercede ante Dios por los demás, sabemos cada creyente es un sacerdote para Dios. Pero el Papa no sólo pretende estas cosas sino que en la práctica demuestra su desvarío al permitir que sus seguidores católicos se arrodillen a sus pies y le besen el anillo o las manos, acto que es altamente blasfemo y ofensivo, ya que al permitirlo usurpa honores que corresponden solamente a Dios. Basta con citar al mismo Pedro, su supuesto Papa, quien bajo ninguna circunstancia permitió que un militar romano, llamado Cornelio lo adorara. Esto ocurrió cuando el apóstol llegó a la casa de éste, después que un ángel del Señor le mandó que enviara a Buscar a Pedro para que le mostrara el camino de salvación. Cornelio, cuando vio a Pedro, se arrodilló delante él y Pedro inmediatamente lo detuvo, observemos:
“Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirlo y, postrándose a sus pies, lo adoró.
Pero Pedro lo levantó, diciendo:
–Levántate, pues yo mismo también soy un hombre” (Hechos 10:25-26).
Pero este acto de un apóstol no permitir que otro ser humano le adore no es aislado. Juan, compañero de Pedro en las primeras misiones, al recibir la revelación de ciertos eventos en Apocalipsis, trató de adorar al ángel que estaba con él y este ser espiritual enviado por Dios, no se lo permitió (Vea Apocalipsis 19: 9-10) ¿Cómo es que la Iglesia Católica ve lo que la Biblia dice acerca de la idolatría y la adoración falsa y, sin embargo, la practica y la promueve? La verdad es que el Papa y la alta jerarquía católica se atribuyen funciones y aceptan honores que solo corresponden a Dios.
El Papa en el Congreso de los Estados Unidos y en la sede de la ONU es una señal de los tiempos. No es que sea malo que un pontífice se presente ante la ONU o en un cuerpo legislativo de cualquier país, definitivamente no lo es, pero ahora les explico. En 1984 el presidente Ronald Reagan estableció relaciones diplomáticas con el Vaticano, algo que había sido el deseo de la sede católica desde hacía décadas. Los cristianos norteamericanos estaban alarmados y se reavivó el tema de la separación entre la iglesia y el estado, pero para muchos las profecías se estaban cumpliendo.
En nuestros días las cosas son diferentes, la prensa celebra al Papa en un Estados Unidos que se aleja cada vez más de los principios cristianos legados por el protestantismo histórico. Cuando Benjamín Netanyahu visitó el Congreso para tratar de frenar a Irán en su afán de fabricar armas nucleares, las críticas y los ataques contra él y contra los congresistas llovieron de toda parte, pero la presencia del Papa es vista con beneplácito y hasta se ha dicho que los demócratas abrigan la esperanza de que él les dé una ayudita con el tema del acuerdo con Irán. Por esta razón el Pontífice es visto con mayor beneplácito que Netanyahu. Pero para los sectores cristianos que ven al Papa como una figura del falso profeta apocalíptico, la razón es otra.
Aventurarse a afirmar que el Papa es el falso profeta es una temeridad; pero es atinado decir que la Biblia vaticina que en los últimos tiempos surgirá un líder religioso con un poder y una influencia extraordinarios que actuará en favor del Anticristo, futuro dictador mundial predicho por la Biblia ¿Quién va a pensar que la figura alegre y bonachona del líder de los católicos es el personaje diabólico de los últimos tiempo? Pero precisamente las profecías que se refieren a él lo presentan como un ser de mucha influencia política, puesto que él va a las naciones y las convence para que se unan al Anticristo. El falso profeta tiene que ser alguien que goce de la aceptación de los líderes mundiales y alguien a quien le sea fácil relacionarse con cualquier gobierno. La visita del Papa al Congreso de los Estados Unidos es un simple evento diplomático, pero que abre muchas posibilidades para el futuro cercano. Washington se está acostumbrando a este tipo de eventos. Las naciones que diseñan y dirigen la política mundial lo aceptan y ya lo ven como normal, de esta manera facilitan las cosas para que un líder espiritual prepare el camino al Anticristo.
Al mundo les parecen locuras estas afirmaciones evangélicas, pero el tiempo nos va dando la razón, no porque el Papa Francisco o el Papa de turno sea el falso profeta, pero, si no lo es, sí es un tipo de ese personaje inspirado por Satanás para ayudar a su engendro diabólico, conocido como el hombre de pecado, el inicuo o el Anticristo (vea 2 Tesalonicenses 2 y Apocalipsis 13). Estas cosas son ciertísimas y sucederán tal y como están escritas. A nosotros nos toca observar cuidadosamente los acontecimientos actuales e interpretarlos, buscando la ayuda del Espíritu Santo, para que nada nos sorprenda y nos encuentre distraídos cuando estas cosas estén desarrollándose. El Espíritu Santo revela la verdad a los que desean conocerla, la verdad actual es que Cristo Viene pronto para aplastar a Satanás, la serpiente antigua y, juntamente con él, enviar al infierno al Anticristo, al falso profeta y todos quienes se sometieron a su autoridad. Pero los cristianos recibiremos el reino eterno, tal y como Jesús prometió a quienes creen en él y lo aceptan como su salvador personal.