Andar de acuerdo al Espíritu
“Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios” (Romanos 8:14)
En Gálatas vemos que andar de acuerdo al Espíritu se da en base al cambio de carácter de la persona que está en Cristo. Una lista de pecados y una de virtudes distingue a quien vive de acuerdo a la carne de quien vive conforme al Espíritu. Las listas de pecados representan la condición más baja de la moral humana. Pablo acostumbra a incluir listas como la de Gálatas 5 para advertir a los cristianos en cuanto al peligro de volver a la vieja vida. Debemos saber que no hay comunión entre la luz y las tinieblas y que debemos andar en integridad. Claramente vemos que andar de acuerdo al Espíritu es la característica de los hijos de Dios: “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios” (Rom. 8:14) Por eso es muy importante aprender a apreciar las diferencias que existen en las dos esferas, cada una representada por la lista correspondiente en Gálatas.
Además de Gálatas 5:16-23, tenemos otras listas que dan vida a este estudio. Veremos: El andar en la carne Gálatas 5:19-21; Col. 3:5-9; I Cor. 6:9-11; 1 Cor. 5:10-11; Ef. 5:3-5; II Cor. 12:20; Rom. 13:13 El andar en el Espíritu Gal. 5:22-23; Col. 3:12-15; II Cor. 6:4-7; Ef. 4:2-3; Ef. 5:9.
El Fruto del Espíritu representa el estilo de vida del cristiano. Andar en el Espíritu es vivir para Dios. Esta es la meta que debemos seguir. El distintivo de una persona que anda de acuerdo al Espíritu es el amor. Veamos cómo se destaca en cada caso. II Cor. 6:6; Gal. 5:22; Ef. 5:2; Col. 3:14. En Romanos 5:5 se nos dice que el amor ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado o que mora en nosotros.
Mientras unos argumentan que la prueba infalible de la llenura del Espíritu Santo es el don de lenguas, Juan Wesley enseñó que la evidencia inequívoca de la perfección cristiana es el amor. Así que, si quieres saber qué tipo de creyente eres, pon a prueba tu amor. En Corintios 13 el apóstol Pablo colocó el amor por encima de todos los dones para enseñar a la iglesia que si no amamos, de nada sirve que poseamos todos los dones juntos.El fruto del Espíritu, y no los dones, es la señal inequívoca de que somos creyentes llenos del Espíritu Santo. Recordemos que el primero en la lista de Gálatas 5:22, 23 es el amor, el cual es el más importante de todos.
Rom. 8:1-13. El término Espíritu se emplea alrededor de once veces en este capítulo; seis veces más que en los capítulos uno al siete. Romanos 8:1-30 contiene enseñanzas claves referentes a la vida en el Espíritu. En el capítulo 5:1-11 Pablo argumenta que el amor es la base para alcanzar ese nivel de espiritualidad. A causa de él hemos sido justificados. Esta justificación implica el haber sido hechos libres del poder del pecado, de la muerte y del peso de la ley. Estos tres poderes actúan como una entidad, debido a que ejercen su autoridad sobre quienes se someten a ellos. Sin embargo, el amor de Dios es tan grande que, aunque vivíamos en pecado, fuimos salvados por medio de Jesucristo.
Ahora que somos libres estamos bajo el poder del “Espíritu de vida”. Lo que la ley no pudo lograr, ahora es posible para los que andan de acuerdo al Espíritu. El grito de Pablo “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Rom. 7:24) tiene su respuesta en Rom. 8:1-13. Romanos 8:13-17 Una relación con Dios caracterizada por la obediencia a la ley es continuar en esclavitud y vivir bajo temor. La ley inspira temor, miedo, inseguridad. Pero el Espíritu Santo nos ha constituido en hijos mediante el acto de la adopción. El Espíritu de Dios es el Espíritu de adopción. El nos ha incluido en la familia de Dios y se nos han otorgado todos los derechos de hijos (Juan 1:12). Los hijos no son esclavos ni son presas del miedo en su relación con sus padres; mas bien se dirigen a ellos con toda intimidad y confianza.
Esto es lo que implica el término arameo “Abba”. Dios es la clase de Padre que Jesús dio a entender cuando usó la palabra, “Padre”. Nuestra nueva relación de Hijos de Dios ha dejado como resultados el ser guiados por el Espíritu, obtener la posición de coherederos con Cristo, y la promesa de glorificación con él en la resurrección. Actualmente participamos de todos esos beneficios y serán perfectos cuando se cumplan tosas las cosas. Romanos 8:18-27 Como prueba de que somos hijos de Dios y de que nuestra esperanza es verdadera, hemos recibido el Espíritu como primicias o garantía. En 2 Corintios 1:22; 5:5; Efesios 1:14 se utiliza el vocablo “anticipo”. Se refiere a la cuota o pago inicial que garantiza que la cantidad total será pagada. Dios nos ha dado su Espíritu para seguridad de que reino prometido un día será posible. El reino existe ahora en nosotros, pero es solo un pequeño adelanto de todo lo que Dios tiene preparado para sus hijos.Son tan grandes y preciosas que ningún ser humano las puede imaginar. Romanos 8:28-30 Estos versos indican que Dios interviene en todas las cosas para beneficio de los que le aman.
El andar de acuerdo al Espíritu se perfecciona cuando Dios reproduce la imagen de su hijo en cada creyente. Nuestra perfección se hace evidente en nuestra victoria sobre los poderes satánicos, sobre el dolor y el sufrimiento. Todo creyente debe procurar andar de acuerdo al Espíritu, esa es la clase de vida que le agrada a Dios. La vida en el Espíritu es el ideal divino para cada creyente aquí en la tierra, toca al creyente hacerla realidad en su andar diario.